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El sector de la construcción todavía no ve la luz al final del túnel. Los precios de las materias primas siguen subiendo y no se espera que esta situación cambie, al menos en el corto plazo, ni tampoco hay una certidumbre sobre cuando podría producirse un giro en esta tendencia.
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Los incrementos que se produzcan a lo largo de este año se sumarán a la subida del 23,5% que registraron los costes directos de construcción en edificación residencial en 2021, según refleja el Índice de Costes Directos de Construcción que elabora ACR, que en 2020 reflejó un descenso del 3,8%.
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Estos incrementos pueden llegar a encarecer el precio de la vivienda de obra nueva que se inicie este año con subidas desde un 3% adicionales al encarecimiento natural del mercado que se da por la falta de oferta y por el incremento de la demanda en determinadas ciudades.
El director general de ACR, Guillermo Jiménez Michavila, explica que «esta subida está directamente relacionada con el incremento en el precio de las materias primas, la energía y el transporte y también fuertemente influida por la rotura de stock en las cadenas de suministro, por lo que no es probable que los costes de construcción se estabilicen hasta que estas disfunciones se corrijan».
El contexto de incertidumbre, alimentado por tensiones geopolíticas y la evolución de las variantes de la COVID-19, «hace que sea difícil anticipar el comportamiento de los precios en los próximos meses», indica el directivo, que descarta que se produzcan bajadas a medio plazo.
«Si no se complica más el panorama internacional, esperaríamos que los precios de la energía se normalizasen a finales del primer trimestre y el suministro de materias primas en verano», afirma Guillermo Jiménez.
Además, la crisis inmobiliaria en China, que previsiblemente derivará en una reducción de la demanda de materiales básicos de construcción, podría influir positivamente en la consecución del esperado escenario de estabilidad en los costes.
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El problema viene de largo
Los precios de construcción ya marcaban máximos antes de la pandemia. En el cuarto trimestre de 2019 encadenaron 13 trimestres consecutivos de subidas. Una tendencia creciente que se rompió puntualmente con la crisis sanitaria en 2020, que llevó al Índice a registrar caídas que llegaron a alcanzar un 3,8% al cierre de ese año. Sin embargo, en 2021, los costes no solo retomaron la tendencia alcista de los últimos años, sino que ésta se acrecentó considerablemente, especialmente durante el segundo semestre.
Según recoge el informe de ACR, este nivel de precios ha venido para quedarse y está teniendo impacto en el margen de todos los agentes que intervienen en la cadena inmobiliaria, dilatando el proceso de contratación y la puesta en marcha de los nuevos proyectos, que se analizan minuciosamente buscando vías de optimización que no repercutan en el precio final de la vivienda nueva.
«La única forma de afrontar este escenario y tratar de que los precios no afecten a la viabilidad y rentabilidad de los proyectos y compañías del sector, es acelerar nuestra transformación hacia un modelo de construcción más industrial», subraya el director general de ACR.
En este camino, es clave «avanzar hacia un marco de relación más colaborativo, en el que todas las partes implicadas trabajen juntas desde las fases iniciales de diseño de los proyectos, un momento también único para impulsar la construcción industrializada».
«Además de ofrecer ventajas incuestionables, como un mayor control de costes y plazos de los proyectos, la construcción industrializada es mucho más respetuosa con el planeta, contempla mayores estándares de calidad y, sobre todo, ofrece condiciones laborales de seguridad, estabilidad y confort que son mucho más inclusivas y atractivas para un sector en el que escasea el talento cualificado», ha explicado.
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¿Qué materiales han subido más?
Los costes directos de construcción han cerrado 2021 con un incremento interanual del 23,5%, situando el Índice de precios pagados en 158,77 puntos, un nuevo máximo histórico desde que se publica esta serie.
La partida que más acusa las subidas es vidriería, con un incremento de precios que roza el 50% en 2021. A continuación, se sitúan cimentación y estructura de las nuevas obras, que actúan como indicador adelantado del resto de partidas, y que marcan un incremento del 33,9% y un 33,5%, respectivamente. Destacan también los crecimientos de precios en divisiones interiores (+26,8%) y fachadas (+18,1%).
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Fuente: El Economista