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Hace unos días asistimos a una interesante conferencia desde el Colegio Oficial de Arquitectos impartida por la neurocientífica Sara Dobarro que nos desgrana los principios de la neuroarquitectura.
Si intentamos describirla en una frase seria que se trata de al hacer un proyecto pensar que las personas están en el centro del mismo. Se proyecta desde el usuario pero hay que tener en cuenta que dichos espacios proyectados van a afectar a su cerebro.
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A continuación os voy a dar algunas pinceladas o ideas que se fueron dando en dicha conferencia por si sentis interés en el tema y os apetece perder unos minutos:
-La Neurociencia es la ciencia que estudia la arquitectura cerebral para comprender el funcionamiento del cuerpo humano gracias a las conexiones neuronales
-La Neuroarquitectura nace al unir el estudio de la arquitectura cerebral con la arquitectura de los espacios. La arquitectura se da la mano con la neurociencia
-Dicho con otras palabras la Neuroarquitectura ayuda a entender cómo influyen los espacios que proyectáis sobre el cerebro y desarrollo de la persona (por ejemplo las formas redondeadas, puntiagudas…)
– Gracias a la Neurociencia sabemos que los órganos están conectados entre sí y captan información del entorno, influyendo sobre las redes neuronales y las emociones
– Las redes neuronales y las emociones son las encargadas de mover química y bioeléctricamente nuestro cuerpo
– Con la Neuroarquitectura estamos ante una nueva inteligencia sobre la relación de la persona y el espacio
-Esto proporciona una nueva era con arquitectos que al estudiar esta disciplina tendrán un cambio de visión y sensibilidad
– Cuando conjugamos la neurociencia y la arquitectura inevitablemente emprendemos un camino de crecimiento personal que se multiplica con el crecimiento que podemos proporcionar a otros
– Con la Neuroarquitectura tomaremos más conciencia sobre cómo proyectar espacios para desarrollarnos, espacios para procurar bienestar y para proporcionar seguridad. Por ejemplo esta demostrado que el contacto con la naturaleza genera bienestar al bajar el ritmo cardiaco
– Somos seres racionales y emocionales. Es un binomio indisoluble. Concretamente en el hemisferio izquierdo se sitúa la parte racional y en el derecho la emocional
– Nuestra parte racional hace que tengamos sesgos cognitivos sobre los espacios
– Es importante comprender cómo las personas ven los espacios a través de sus propios sesgos que parten de sus propias experiencias, que movieron experiencias. Los recuerdos se guardan en el hipocampo
– En los seres humanos todo influye y todo tiene un peso emocional. Además el cerebro tiene plasticidad, se puede moldear y la arquitectura puede hacerlo
– Las personas interactuamos con el entorno y con otras personas. Necesitamos socializarnos en espacios seguros y que faciliten las relaciones. En entornos urbanos se abusa de espacios cerrados y no se genera melatonina por lo que podemos tener problemas con el sueño.
-Gracias a la neurociencia sabemos que la genética va a influir en nuestro desarrollo en un 50% y del otro 50% somos responsables nosotros. Por tanto como podemos influir en un 50% podemos tener un papel muy importante en la felicidad de las personas
– Los que proyectamos y diseñámos espacios vamos a influir en la epigenética de las personas: la expresión de los genes en relación con el entorno y sus experiencias. Los espacios generan emociones.
-Así, como decía Don Santiago Ramón y Cajal (que podría considerarse el padre de la neurociencia), ayudaremos a los demás con nuestro trabajo, a ser mejores arquitectos de su cerebro (plasticidad neuronal)
– La interacción del cuerpo humano con el espacio y los materiales de construcción tienen una dimensión sensorial que se potencia con la capacidad de imaginar que tenemos las personas. Los arquitectos debemos tener empatía para captar las necesidades de nuestros clientes
– Las neuronas espejo descubiertas en 1996 permiten ponernos en el lugar de la otra persona
– Recomendable el libro de Ana Mombriedo “Neuroarquitectura: Aprendiendo a través del espacio” en el que aterriza los principios del libro de Neufert “Arte de Proyectar en Arquitectura” para facilitar algo tan bello como la interacción sensorial con el entorno
– El deber de los neurocientíficos es proporcionar el conocimiento de nuestras investigaciones sobre cómo funcionan la percepción y los estímulos. La arquitectura produce estímulos que van a los órganos, que están regidos por el cerebro con 2 areas indisolubles: sistema imbrico (emociones) y cortex (racionalidad) y genera unas reacciones corporales
– Anticiparnos a las vivencias humanas es lo que va a marcar la diferencia en el diseño para hacer sentir más seguras y felices a las personas
– Destacar el trabajo de investigación de la Arquitecta australiana, Isabella Bower (Deakin University), sobre el Impacto del entorno construido e interior de los edificios en el sistema neuronal
– Gracias a la plasticidad neuronal nuestro cerebro va modificando las conexiones de sus redes en sus diferentes estructuras atendiendo a las impresiones y experiencias. Adaptacion al medio
– Para sobrevivir tenemos la capacidad de mantenernos alerta. Se da cuando se activa la región amigdalina y nos prepara para huir. Estres
– Los espacios puntiagudos, afilados, con aristas, estrechos y oscuros generan tensión de manera casi inmediata ya que el cerebro no los reconoce como idóneos.
– Para los jóvenes y personas con TDAH (déficit de atención), hemos de pensar en cómo crear espacios para facilitar la atención: Luz, amplitud, orden, colores relajantes, entre otros.
– En general, los obstáculos y el desorden en un espacio, colores estridentes y ruidos no nos facilitan mantener la atención ni sentirnos seguros.
– La creatividad y la libertad de los arquitectos está por encima de todo, pero para crear un marco de los avances neurocientíficos, en 2003, en San Diego, nace la Academia de Neurociencias para la Arquitectura
– La ANFA aboga por crear espacios que fomenten la libertad para explorar frente a espacios que te conducen por una experiencia guiada (esto ultimo se podría representar con los “laberintos” de IKEA)
– La orientación sencilla para comprender mejor la ubicación espacial, sin que tengamos que formular excesivas respuestas para comprender el lugar, por ejemplo con puntos de referencia para sentirnos ubicados
– La Neuroarquitectura también atiende a las particularidades de la edad y a favorecer la armonía del espacio con los ciclos circadianos
– El suministro de luz es vital para favorecer el orden del apetito, así como la regulación del sueño y los ciclos de vigilia y descanso.
– Además, la luz también regula el sistema inmunológico y endocrino (desarrollo, peso, crecimiento)
– Respecto a la luz es importante saber que la cálida relaja mientras que la fría estimula
– Tras la pandemia en que nos vimos confinados, las preferencias por el estilo de vida han cambiado. Se ha dado mas valor a las terrazas y zonas verdes para buscar aire, sol y luz natural
– Necesitamos concentrarnos para reinventarnos y buscamos las condiciones idóneas para ello
– Se aprecian los techos altos, las vistas exteriores y los espacios para relacionarnos con otras personas
– Los lugares que proporcionan calma o paz mental son los espacios naturales y las corrientes de agua
– En los espacios relajantes la respiración es más larga y más calmada, lo que reduce la velocidad de los latidos cardiacos y de pensamiento
– En la actualidad, vamos más allá de la calma y también aspiramos a vivir más
– El arquitecto Juan Carlos Baumgartner es el padre de la nueva teoría “Desing for Happiness”. Fundamentalmente diseña espacios para compañías multinacionales que favorezcan la concentración y el pensamiento creativo. Sus trabajos están fundamentados en los estudios de la Cátedra de Felicidad de la U. de Harvard y de la Universidad Tecnológica de Delft (Holanda)
– La Neuroarquitectura quiere contribuir a generar espacios que favorezcan el correcto desarrollo y bienestar de las personas de nuestra era. Por ejemplo el tumbarse sobre una superficie inclinada con formas redondeadas genera calma.
– La evidencia científica muestra que vuestros diseños influyen directamente en la salud, felicidad y estado de ánimo. Conviene abrirse a la sensibilidad de la neuroarquitectura
– Dos neurólogos Suizos Christoph Hölsche y Victor Schinazi, estudiaron que la Biblioteca de Seattle produce estrés inconsciente, lo que se conoce como Estrés Ambiental. Muchas zonas a modo de espejo que nos pueden marear de alguna manera y no llama al orden y la relajación. Los perfiles de las cristaleras se proyectan en el suelo como sombras distorsionando la visión y los pasillos de colores estridentes tampoco aportan tranquilidad.
– Los parámetros que utilicemos en nuestros diseños impactarán sobre nuestro cerebro
– Sería estupendo que cada proceso arquitectónico fuese revisado para saber si produce un bienestar creciente o decreciente
–Arquitectura sostenible neurologicamente: proyectar espacios que generen emociones positivas, nos permita pensar en libertad, concentrarnos mejor y relacionarnos con más amabilidad. Por ejemplo un suelo de parque de arena bien cuidada por la que caminar descalzos genera bienestar
– Si tenemos en cuenta conocimientos de neurociencia al diseñar, nuestros espacios favorecerán el desarrollo de una civilización más humana
Por si os interesa el tema os adjunto la pagina web de la ponente:
www.saradobarro.com